Nos ha costado reaccionar tres semanas.
Tres semanas de encierro, ultraconexión hasta la saturación, teletrabajo, alguna siesta, carcajadas por memes y videos memorables, llamadas que intentan estar cerca de quién pierde a alguien sin poder despedirse, escuelas en casa, negociaciones para ver quién cocina o friega, exposiciones colectivas de dibujos en el patio, carne de gallina al escuchar una canción, conexión en los aplausos de las ocho…
Nos han pasado muchísimas cosas en estas tres semanas que parecen tres siglos y empezamos a ser capaces de hacernos algunas preguntas y bocetar respuestas sobre qué hacemos con ExperimentaLAV.
Los países en los que la crisis del coronavirus está más avanzada alargan las semanas de confinamiento y parece que seguiremos estando en casa. Por otro lado, no sabemos cómo será el retorno a la normalidad, ni siquiera si volveremos a ella.
Y en esta coyuntura en la que parece que lo sólido se desvanece empezamos a construir nuevas formas para que el laboratorio siga siendo un labo, tenga sentido, y sea útil para afrontar las dificultades que vivimos.
Si un laboratorio ciudadano es un espacio de encuentro para que personas y colectivos puedan experimentar y aprender desarrollando ideas que mejoren sus barrios, la ciudad es ahora mismo un laboratorio ciudadano.
Por todos los rincones se está innovando, experimentando, documentando, comunicando… creando maneras de estar más cerca a pesar del aislamiento y maneras de solucionar los nuevos problemas que tenemos que abordar en una situación de la que la mayoría no teníamos precedentes.
Si Villaverde y sus barrios ya son laboratorios muy activos, nos queda ponernos al servicio de esas iniciativas y ofrecerles nuestros saberes, recursos, capacidades. En esto estamos ahora, hemos reactivado nuestras redes para rastrear qué está pasando, qué se necesita, qué se desea, qué se está haciendo, qué tejido informal o formal se ha activado para dar respuesta a las pequeñas y grandes cosas que necesitamos hacer.
Y en algunas semanas, viendo qué información hemos recabado qué se está haciendo y qué maneras de apoyar, escalar y reforzar estas iniciativas hemos encontrado, nos remangaremos como equipo a experimentar nuevas formas de hacer laboratorio, nuevas formas de hacer barrio en tiempos de excepcionalidad.
Si quieres saber más de en qué estamos ahora puedes pinchar en «Cuando vivir es laboratorio»
1 respuesta a «Hacer un labo durante el confinamiento»
[…] Los carteles y folletos del ExperimentaLAV se convierten en papel para reciclar y su calendario en una burla. La pregunta podemos hacer un laboratorio sin lo tangible y sin encuentros físicos empieza a perseguirnos. […]